Una de las estrategias a pensar es la de apostar por el canal mayorista. La distribución al por mayor en canales B2B representa una oportunidad significativa para incrementar el volumen de negocio, optimizar la gestión de inventario y aumentar el reconocimiento de marca. Aún así, no deja de ser una decisión de riesgo, que requiere su correspondiente análisis profundo y una planificación meticulosa.
Sorpresas desagradables en las estrategias mayoristas
Un error común es subestimar la complejidad operativa y los recursos necesarios para gestionar este canal. La falta de preparación puede resultar en:
- Sobrecarga operativa que afecte a todos los canales de venta
- Pérdida de rentabilidad por costes no previstos
- Deterioro de la experiencia del cliente final
- Daño a la imagen de marca
- Problemas de tesorería por una gestión inadecuada de los plazos de cobro
Precauciones para tener éxito en el mercado mayorista
Gestión de clientes mayoristas
El mundo mayorista introduce una complejidad significativa en la gestión de clientes que va mucho más allá de la venta minorista tradicional.
Cada cliente mayorista requiere una gestión personalizada de sus condiciones comerciales, incluyendo plazos de pago específicos, tarifas diferenciadas y estructuras de descuentos por volumen. Esta personalización debe ir acompañada de un riguroso control de crédito y seguimiento del comportamiento de pago, aspectos críticos para mantener una operativa financiera saludable.
Los mayoristas pueden llegar a tener un alto poder de negociación, y suponer costes agregados significativos al producto final.
Gestión de pedidos
La gestión eficiente de pedidos mayoristas requiere una transformación sustancial en los procesos de venta tradicionales.
Mientras que en el canal minorista los pedidos suelen ser unitarios y directos, el canal mayorista introduce una complejidad significativa en términos de volumen, personalización y documentación asociada.
La complejidad se amplifica cuando interviene una red comercial, ya sea propia o externa, que actúa como intermediaria entre la empresa y el cliente final. En este caso, termina siendo necesario revisar la tecnología con la que se cuenta, e impulsar mejoras para poder resolver los nuevos retos. Entre estas mejoras, se pueden encontrar:
Creación de un portal B2B, que permita una experiencia de cliente óptima:
- Acceso a precios personalizados.
- Consulta de stock en tiempo real.
- Seguimiento de pedidos.
- Histórico de documentación.
- Herramientas de pedido rápido.
- Perfiles de usuario para cliente y para la red comercial.
Integraciones, para lograr una mayor automatización de los procesos y ganar en eficiencia:
- Marketplaces B2B especializados.
- Sistemas EDI para grandes compradores.
- APIs para integración con sistemas propios del cliente.
En las cuestiones relativas a las integraciones, es esencial tener en mente que los contextos varían, incluyendo las normativas. La tecnología evoluciona, y al decantarse por un software u otro, importa que esta evolución reme a nuestro favor. La plataforma debe posibilitar el uso de formatos convenientes.
Otro punto clave de las integraciones es el evitar los silos, resultado del aislamiento en las infraestructuras tecnológicas. Pese a parecer un problema menor y fácil de solventar, se pueden enquistar y terminar suponiendo un coste elevado, con errores humanos al tener que manejar mucha información y corroborar que los fatos están bien en cada una de las plataformas.
Control de marca y producto
Un aspecto frecuentemente subestimado en la expansión mayorista es la pérdida parcial de control sobre el producto y la marca.
Al introducir intermediarios en la cadena de valor, las empresas ceden cierto control sobre cómo se presenta y comercializa su producto en el mercado final. Esta situación puede generar variaciones significativas en la experiencia del cliente y, potencialmente, afectar a la percepción de la marca. Para mitigar estos riesgos, es fundamental establecer acuerdos claros sobre precios recomendados, estándares de presentación y servicio, así como implementar políticas de distribución selectiva que protejan el valor de la marca.
Operativa logística
La operativa logística en el canal mayorista requiere una transformación significativa de los procesos habituales. La gestión de grandes volúmenes de mercancía demanda no solo espacios y recursos diferentes, sino también procesos específicos de calidad y eficiencia.
La separación efectiva de las operativas B2B y B2C se vuelve crucial para mantener niveles de servicio óptimos en ambos canales, requiriendo una gestión sofisticada de rutas, espacios y recursos.
Aspectos financieros
El impacto financiero de la expansión mayorista va más allá de los mayores volúmenes de facturación. La gestión del riesgo por cliente se vuelve más compleja, requiriendo un control exhaustivo de límites de crédito y comportamiento de pago. La previsión de tesorería adquiere una nueva dimensión con plazos de cobro más largos, mientras que el análisis de rentabilidad debe considerar las particularidades de cada canal para asegurar la sostenibilidad del negocio.
Conclusiones
La expansión al canal mayorista requiere una transformación significativa en la operativa empresarial. Es fundamental contar con un sistema de gestión empresarial que integre todas estas necesidades de manera cohesiva y escalable.
Gextia ha sido diseñado específicamente para dar respuesta a estos desafíos, permitiendo una gestión eficiente tanto del canal B2B como del B2C. Su arquitectura modular permite ir incorporando funcionalidades según evoluciona el negocio, mientras que su enfoque integrado asegura la consistencia de datos y procesos en todos los canales.
La clave del éxito en la expansión mayorista no solo reside en disponer de las herramientas adecuadas, sino en implementar una estrategia bien planificada que considere todos los aspectos mencionados. Un análisis detallado de las necesidades, junto con la elección de un sistema de gestión adaptado como Gextia, permite minimizar riesgos y maximizar las oportunidades que ofrece el canal mayorista.