Cómo medimos la rentabilidad de un ERP es una de las primeras preguntas que surgen a la hora de analizar la idoneidad de integrar un ERP en una empresa. Más aún si cabe en una PYME, es la rentabilidad del mismo, y mucho más importante cómo medir esa rentabilidad.
Obviamente, a la hora de hacer una inversión, la empresa piensa en obtener un beneficio futuro, a corto, medio o largo plazo. Además, debe resultar lo suficientemente interesante como para aventurarse a introducir un nuevo software de gestión en su negocio, que no es un reto sencillo.
Un ERP es un software que ayuda a mejorar los procesos dentro de la empresa, así como mejorar los flujos de comunicación e información internos y externos con los clientes (ubicados dentro del CRM)
¿Cómo medimos entonces la rentabilidad del ERP?
La respuesta a esta interrogante es tanto sencilla como compleja. La rentabilidad del ERP dependerá en gran medida del uso que los usuarios hagan de él.
Una vez que el sistema está implantado en la empresa, es necesario establecer una serie de KPIs (Key Performance Indicators o Indicadores Clave de Rendimiento) que se adapten al tipo de empresa y al sector en el que se desenvuelva. Estos KPIs serán determinados por el equipo gestor en función de las necesidades y deficiencias identificadas en los procesos de gestión. De esta forma obtendremos un mejor control de las desviaciones. Será el equipo gestor quien las establezca de acuerdo a las necesidades y deficiencias que hubiera detectado en las gestiones , y podremos controlar mejor las desviaciones. Por ejemplo:
- El tiempo necesario para procesar un pedido
- El tiempo necesario para realizar determinado apunte contable
- O el tiempo necesario para emitir una factura, etc.
Efectivamente, la variable que se usa es el tiempo que gracias al ERP se ajusta cada vez más a la hora de realizar cada gestión. Así dotamos a los trabajadores una mayor capacidad para abarcar un mayor volumen de trabajo en su mismo horario laboral. Lo que se traduce en un ahorro económico para la empresa.
Una vez que ya se tienen establecidos los primeros datos de estos KPIs, se pueden proponer determinados objetivos empresariales. Con ellos podrás potenciar el mejor uso del ERP, agilizar los procesos, y generar economías de escala, aspecto muy importante en el crecimiento de cualquier empresa. A partir de ahí irán apareciendo más indicadores secundarios que nos permitirán añadir valor a cómo medimos la rentabilidad de un ERP.
Pero, para garantizar que este tipo de métricas nos ofrecen una información fiable, tenemos que tener el compromiso de todos los trabajadores y usuarios del ERP. Deben participar en el uso del mismo de una forma responsable. También tiene que tratar de efectuar todos los procesos con las máximas garantías de veracidad y fiabilidad de la información. Ese es el camino para ver como en poco tiempo, el ERP será el mejor aliado de la empresa.
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